14 abril, 2022
Escrito por María Eugenia Espíndola (2022)

Hablar de cáncer en primera persona. 

Hablar de cáncer sigue siendo un tabú, Cuando decís que tenés o tuviste cáncer enseguida te miran con lástima, como si ya supieran que te vas a morir, que tenés más posibilidades de sufrir y que tu vida prende de un hilo. 

El 23 de diciembre de 2020, recibí el diagnóstico, tenía cáncer de mama; y yo también pensé: “Me voy a morir.” 

Pues no mi ciela, no te vas a morir”, me recalcaron las mastólogas, las oncólogas y la psicóloga. Me tocó un tratamiento muy agresivo: 16 quimioterapias inyectables que, al llegar a la 10 y ver que el tumor no se achicaba, sumó otra sustancia más virulenta. Luego, operación, 15 sesiones de radioterapia y, ¡oh, sorpresa! 7 ciclos más de quimioterapia oral, 7 pastillas por día que me dejaban en un estado de resaca permanente. 

Claro está que todas las personas te dicen: “Es por tu bien, te vas a curar, no va a volver, pero nadie lo sabe.” No lo sabe la ciencia, no lo saben las médicas, no lo sé yo. 

¡Estoy de alta! dejé una semana antes la medicación porque mi cuerpo no la soportaba más y estoy recuperando a la persona que fui. ¿La estoy recuperando? Tampoco lo sé, el cáncer te atraviesa física, psicológica y socialmente. 

La mayoría de las personas siguen asociando cáncer a muerte, no saben que unx pacientx con cáncer puede hacer una vida prácticamente normal y que muchas veces no necesita tu compasión. Simplemente necesita que lo ayudes a continuar con su rutina. 

También hay que saber que el cáncer no se asocia a una vida desordenada o aparece porque alguien se dejó estar. El cáncer no distingue entre personas saludables y las que no. No sabe de clases sociales, pero sí te demuestra cuán privilegiada sos cuando conocés tus derechos.

Hay que hablar más de cáncer y no solo de prevención, porque muchas personas llegan al diagnóstico llenas de culpa: “¿por qué no vine antes, por qué no consulté con otro profesional, cómo no vi el bulto?”. 

Además, las personas que sobrevivimos al cáncer no somos guerreras, ni luchadoras, ni valientes. Solo tuvimos la desgracia de pasar por esto y queremos estar sanas lo antes posible, no es un orgullo hacer un tratamiento para curarse. 

Se necesita empatía, amorosidad y atención, sí, como para casi todo en esta vida, eso que también nos enseñó el feminismo.



 

Contacto: @maruespindola





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